Para cualquier fanático del horror nacido entre los años 80 y 90, que haya sentido curiosidad por la astrología en algún momento, la película "Tarot" podría parecer como un viaje nostálgico a la era de los misterios y las predicciones. Sin embargo, esta obra cinematográfica dirigida por Spenser Cohen y Anna Halberg, a pesar de sus intentos, no logra capturar la esencia intrigante que promete.
Texto: Adriana Almenar
La trama nos lleva a un grupo de amigos universitarios que descubren un antiguo mazo de cartas del tarot durante una celebración de cumpleaños. La líder del grupo, Haley, interpretada por la talentosa Harriet Slater, utiliza el tarot como una forma de lidiar con la enfermedad de su madre. Sin embargo, lo que comienza como un juego inocente pronto se convierte en una pesadilla cuando una maldición se desata sobre ellos, cobrando vidas de manera misteriosa y escalofriante.
A pesar de su premisa intrigante, "Tarot" falla en mantener el suspense y la emoción. En lugar de explorar las complejidades de la astrología y el mundo del tarot, la película se queda corta, entregando una trama predecible y personajes poco desarrollados.
Una de las mayores debilidades de la película es su falta de profundidad moral. Las acciones de los personajes parecen carecer de consecuencias significativas, convirtiendo las muertes en simples eventos que marcan el paso del tiempo en la trama.
Aunque cuenta con un elenco talentoso, incluyendo a Jacob Batalon y Avantika, la película no logra aprovechar al máximo su potencial. Los intentos de humor caen en terreno plano y las escenas de horror carecen de impacto, dejando al espectador deseando más.
Visualmente, "Tarot" carece de la atmósfera envolvente que se espera de una película de terror. Las escenas oscuras y poco iluminadas restan en lugar de sumar al suspenso, creando una sensación de desconexión con la historia.
En resumen, "Tarot" promete mucho pero entrega poco. A pesar de su interesante premisa, la película falla en cautivar al espectador y en ofrecer una experiencia verdaderamente inmersiva. Si bien puede despertar la curiosidad de aquellos interesados en el mundo del tarot y lo sobrenatural, deja mucho que desear en términos de ejecución y entretenimiento.
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