Se viene esa época del año en la que el terror reina, pero no nos engañemos, el verdadero horror no son los fantasmas, es la crisis de la mediana edad. Cuando todo empieza a sentirse como un déjà vu existencial, y te preguntas si has hecho algo con tu vida… o si tu vida es simplemente una secuela mal escrita.
Texto: Adriana Almenar
Para ilustrar este espeluznante fenómeno, repasemos tres películas que exploran esa angustia, cada una a su manera, con personajes que te llevan de la mano hacia ese abismo de la incertidumbre existencial.
LOST IN TRANSLATION (2003)
Fotograma de "Lost in Translation" (2003, Focus Features)
Dirigida por Sofia Coppola, este clásico nos muestra a Bob Harris (Bill Murray), un actor envejecido que está, literalmente, perdido en Tokio y figurativamente, perdido en su vida. Nada dice "crisis de la mediana edad" como estar en un país que no entiendes, atrapado en un matrimonio que parece estar en pausa, con el peso de la fama que ya no te satisface. Bob nos recuerda que, a veces, lo más aterrador no es lo que nos falta, sino lo que tenemos y ya no queremos. ¿El escape? Charlas nocturnas con Scarlett Johansson, lo más cerca que tenemos es una terapia a medianoche en Japón.
PERFECT DAYS (2023)
Fotograma de "Perfect Days" (2023, Cirko Film y Haut et Court )
Wim Wenders, en su estilo sereno pero profundo, nos presenta a Hirayama (Koji Yakusho), un tipo que vive de limpiar baños públicos en Tokio, en un loop cotidiano tan perfectamente ordenado como asfixiante. Parece una vida simple, sin dramas, pero debajo de esa rutina se oculta el vacío de una existencia monótona, un miedo silencioso de que tal vez ya se le escapó el tren de hacer algo grande. Wenders nos lanza directo a ese pozo de dudas existenciales, como diciendo: "¿Y si tu vida ya tocó su techo y nunca te diste cuenta?"
8 1/2 (1963)
Fotograma de "8 1/2" (1963, Columbia Films)
El maestro Fellini hizo una de las cintas más surrealistas sobre el pánico de la mediana edad que el cine ha visto jamás. Guido, el director de cine en plena crisis creativa, está rodeado de un caos de recuerdos, fantasías y miedos que se mezclan de manera casi onírica. Su lucha por encontrar sentido a su vida y su obra resuena con todo aquel que alguna vez se ha preguntado: "¿Hice algo que valiera la pena? ¿O solo improvisé y finjo control?". La película te hace sentir que esa crisis es un laberinto donde, al final del día, tal vez no haya una salida clara. Solo más preguntas.
En estas fechas donde el horror es protagonista, pensamos que las verdaderas historias de terror son mentes inquietas enfrentándose a la temida pregunta: "¿Esto es todo?"
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