La semana pasada, Marina Reche daba el pistoletazo de salida a su “Lo he intentado” tour en una sala Paqui a reventar, y nosotrxs aún seguimos tarareando. La pequeña de las Reche reunía ayer a un millar de personas que asistían gustosamente a su consagración como artista. Y es que, la cantante de Elche ya no está a la sombra de nadie.
Texto: Ángela Bellón
Fotografía: Lucía Carcedo (@fotografias_lusilu)
Como no podía ser de otra manera, la canción que da nombre a esta gira fue el tema escogido para abrir el show. “Lo he intentado” inundó por la sala al completo, dificultando incluso escuchar a la propia cantante. Sin más dilación, se iban sucediendo los temas que dieron lugar a “Claridad” y posteriormente, a “Oscuridad”. Dos EPs contrapuestos donde narran la misma historia desde primas distintos, dando lugar a un macroproyecto. Así pues, como si de el ying y el yang se tratase, intentaron logran un equilibrio perfecto entre la cara A y la cara B, así los temas claros y los oscuros parecían ir intercalándose para dar pie a una especie de eclipse. “Oscuridad” y “Claridad”, “Claridad” y “Oscuridad”. Así, “Dos extraños”, su debut, fue el siguiente tema en sonar haciendo rugir el recinto al completo. La (ahora) Sala Paqui cumplió su cometido a la perfección: artista y público parecían fundirse en uno, entonando y vibrando con cada una de las notas.
Entre tanto claroscuro, hubo lugar para la sorpresa. Reche anunció que en cada concierto habría hueco para una canción distinta. Todas estas, serían covers de canciones que, en mayor o menor medida, acabaron marcándola como artista. El 2 de octubre fue el turno de “The one that got away”, el emblemático tema de Katy Perry. Veremos con qué nos sorprende con el resto de paradas gracias a este peculiar repertorio.
Con alguna pausa de por medio, en la que la valenciana se deshacía en agradecimientos a su público o capturaba la noche en BeReal en móvil ajeno, pudimos disfrutar de la discografía al completo de la artista. Así, “Vida en el campo”, “13+1”, “A ciegas” (con la ausencia de Juancho Marqués puesto que estaba enfermo) fueron tan solo algunos de los temas que consiguieron cautivar a una sala que estaba presenciando el nacimiento de una estrella.
“Por si quieres volver” fue un casi broche de oro de ensueño. Marina, claro que queremos volver. Y también queremos que vuelvas, que no te vayas siquiera. Posiblemente, uno de sus temas más conocidos que, con cierto sabor a despedida, hizo retumbar la sala de Malasaña. “No me ves” fue la canción escogida para la despedida oficial. Un tema que, pese a mantener ese punto dramático y por qué no, doloroso, hizo saltar a toda la sala BUT.
Y no es para menos. La joven colecciona carteles de “entradas agotadas” en gran parte de su gira. Los que aquella noche tuvimos la suerte de hacernos con una entrada pudimos presenciar en primera persona la magia en riguroso directo: Marina Reche es la dulzura personificada, resulta hasta angelical verla entonar en el escenario. Entre ese aura y esas letras tan personales con las que es imposible no sentirse identificado, se entreve algo más que suficiente para augurarle un futuro prometedor. Por seguir con esta alegoría de claridad y oscuridad, cualquiera diría que Marina Reche dio paso a un eclipse lunar en pleno centro de Madrid.
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