El pasado 4 de octubre Darki publicaba su mayor proyecto hasta la fecha: “El herbolario”. Un LP compuesto por 8 temas en los que el artista da rienda suelta a su creatividad con unas barras que deja plasmadas para la posteridad.
Texto: Ángela Bellón
Aunque bien es cierto que Darki ya se había dado a conocer gracias a su debut, “Lancelot”, el salto cualitativo es más que evidente. Y eso, que partía de un muy buen primer proyecto pero ahora, el artista parece haber dado con su sonido. O con su concepto. “El Herbolario” funciona a la perfección como un álbum conceptual, con un imaginario muy marcado que va desde el título y la portada hasta las canciones en sí mismas. Y es que en pleno octubre, Darki nos transporta de nuevo a la primavera. Un universo lleno de colores pastel, afincado en la naturaleza y donde huele a flores. Así es, que el nombre le viene ideal.
Todos los temas han sido compuestos por el propio Darki y además, nos ha regalado dos colaboraciones. La primera de ellas, “Si no cuidas tu jardín” con Lu Demie en la que ya empieza a delimitar este universo naturalista en el que se asentará el resto de canciones y “Flores en la orilla” junto a Mariete y Serehiio, que, quizás, se convierte en una de las canciones más “movidas” del proyecto.
“El Herbolario” se constituye con un pop muy luminoso, muy suave que sigue manteniendo el aura del sonido que impera ahora en esta nueva ola de música en nuestro panorama. Los beats electrónicos y, de vez en cuanto los sintetizadores, subrayan la narratividad de sus temas. A pesar de este carácter bucólico, hay cabida para referencias actuales e incluso algún que otro guiño que hace aún más completa la experiencia de escuchar el proyecto. Y es que Darki ha construido su particular locus amoenus y nosotros estamos más que encantados de haber puesto un pie en tierra prometida.
Tema a tema, track a track, nos va adentrando poco a poco en este universo colorido. Cada canción parece actuar como un remedio natural (haciendo gala del nombre) contra este malestar general que nos inunda con la llegada del frío. También parece poner un punto y aparte en una industrias en la que los lanzamientos se fabrican en cadena a unos ritmos vertiginosos. Así, este trabajo se siente calma, un soplo de aire fresco. Un álbum que se percibe como una infusión: suave, delicada, minimalista. E imposible que le siente mal a alguien.
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