Hace cosa de un año que no le veíamos en formato largo, y es cierto que con un single como "pov" ya nos lo venía avisando, pero casi que ni nos dimos cuenta. D.Valentino llegó hace unos días con “Rosa&Rojo” (2024) bajo el brazo, el más versátil de sus proyectos y, con casi total seguridad, el mejor de ellos.
Texto: Adrián Cotillas
Como decía, el joven valenciano nos adelantó un primer bocado del plato con “Pov”, y desde luego, eligió el bocado más sexy que había en el plato. Quizás podríamos empezar hablando de este disco con ese aspecto presente. “Rosa&rojo” es un álbum que suena íntimo, personal, casi secreto . Ya no me limito a hablar de letras (que también), sino a la fluidez del sonido, la facilidad que tiene para meternos en esa curva de sinceridad y sensualidad autotuneadas.
Por el momento, desconocemos el motivo del título “Rosa&rojo” pero sin duda podríamos otorgarlo a la combinación de esas cosas que quizás a primera vista no encajan pero que puestas en su sitio crean una combinación idónea.
En algún momento hay que hablar sobre esas "malas noticias", aunque sea para quitar la tirita de en medio. La realidad es que hay algún tema que no brilla tanto como sus compañeros. A criterio personal, “Play” suena como cualquier otra canción urbana que habla de dinero, chicas e industria. Por supuesto, no deja de lado ese ritmo pegajoso que caracteriza al artista, pero quizás esté sea el punto más débil del disco. No obstante, ¿desde cuándo es tarea del artista satisfacer a todo su público?
Hablemos ahora lo que más nos interesa, del brillo, de lo mejor de "Rosa&rojo". En primer lugar creo necesario mencionar un par de Sorpresas. La primera de ellas se titula “Entre la luna y yo”. Manteniéndose fiel a su estilo, D.Valentino juega en un terreno que no suele ser el suyo. Voces con un carácter casi coral, guitarras de rock y baterías que no provienen de cajas de ritmos sintéticos. De repente, nos hemos metido en el estudio con un artista como Omar Apollo o SZA en su versión del urbano español. Creo que esta es la prueba de peso que apoya esa innegable versatilidad de la que venimos hablado. Todo esto apoyado en lo que parece casi una carta sellada de sinceridad.
Por otro lado, la segunda sorpresa se halla en “Instante”, así que va de seguido de la anterior. Con una soltura envidiable sobre el beat, el cantante surfea con su estilo como tabla en algo que podría parecer un tema tanto de Teo Lucadamo como de Shaggy.
Haciendo referencia a esas letras que por un momento apartaba en el primer párrafo, es cierto que como cualquier cantante de urbano actual, una de sus obligaciones es la de soltar buenas barras, y la verdad es que ha cumplido. “Yo te conocí como nunca conocí a mi abuelo” (Track 1 - "Koro-sensei"), “Pasé de pensar en dinero a pensar cómo gasto el dinero contigo” (Track 10 - "Platanomelón") o “Me siento elegante, por fin soy el de antes” (Track 7 - "Instante") son solo algunos ejemplos de ello. Si queréis más ya sabéis lo que tenéis que hacer...
La realidad es que a nivel narrativo cada canción nos habla de una cosa o de otra, pero existe una idea narrativa común entre ellas, y es que parece que D.Valentino está más contento que nunca. Él mismo anunciaba este proyecto en Instagram como "el mejor álbum de su vida".
Con esto, solo nos queda desear que ojalá esto dé paso también a la mejor etapa de su vida.
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