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CARNE Y AMOR

‘Comer para poseer'. Este podría ser uno de los tantos mantras que rodean hoy en día al cine centrado en el canibalismo. Ya sea un coming of age o una rom-com, está claro que esta corriente de terror tiene cabida en el mainstream si hablamos de la pantalla grande.


 

Texto: Armando Arrojo


Erróneamente calificado por muchos como cine de “segunda” por su violencia gratuita (al igual que le ocurre al género slasher o al cine gore), el canibalismo es, sin embargo, utilizado en muchas ocasiones como excusa para ahondar en temas que van desde la marginación social hasta el desarrollo sexual. Repasemos pues, los orígenes de este cine y su situación actual. ¡Bon Appétit!


Imagen de ‘Crudo’, Wild Bunch
Imagen de ‘Crudo’, Wild Bunch

Tendríamos que remontarnos muchos años atrás en la historia del cine para hallar el verdadero origen del subgénero de los comedores de carne; e Italia, indudablemente, sería la cuna de este tipo de películas, que evolucionaron de las mondo films hasta el cine de caníbales como tal con películas de la talla de Holocausto Caníbal (1980), de Ruggero Deodato (posiblemente la película mas notoria sobre caníbales y una de las más controvertidas de la historia del cine debido a su contenido explícito), que mezcla sutilmente el falso documental con el cine de explotación. Violencia sexual, maltrato animal... Estas son algunas de las características de esta influyente pero polémica cinta. Otros ejemplos serían La montaña del Dios Caníbal (1978) de Sergio Martino o El Último Mundo Caníbal (1977), también de Deodato y precursora de su película de 1980. Cuesta no tildar estas cintas de “brutalmente explícitas”, pero bajo toda esa matanza se pueden encontrar sutiles críticas a la cultura occidental y su código ético y moral. Podríamos afirmar de forma categórica que, desde sus inicios, el cine de canibalismo utiliza el tabú como herramienta.


Imagen de ‘El Silencio de los Corderos’, Orion Pictures
Imagen de ‘El Silencio de los Corderos’, Orion Pictures

Si avanzamos unos años, podemos encontrar iconos del horror como Hannibal Lecter, que lleva más de 30 años formando parte del imaginario colectivo gracias a la magistral interpretación de Anthony Hopkins en El Silencio de los Corderos (1991) o clásicos del slasher como La Matanza de Texas (1974). Estos dos casos resultan interesantes porque uno retrata a un caníbal como alguien extremadamente inteligente, culto y calculador (alejándose así del arquetipo clásico de caníbal asalvajado e impulsivo) mientras que el otro refleja una sociedad marginal de rednecks que asesinan y después devoran a los ”pijos” que caen en sus garras; dos formas antónimas de plantear el consumo de carne. Aunque tampoco tendríamos que irnos tan lejos para encontrar representaciones de este tipo de actos en el cine: Hace simplemente un par de meses teníamos en nuestras salas (y en numerosos premios nacionales e internacionales) una película que retrata el canibalismo como única forma de supervivencia, hablo sin lugar a dudas de la multi-galardonada La Sociedad de la Nieve (2023) de J.A. Bayona.


Pues bien, si hablamos de cine caníbal de los últimos años, cuesta obviar la película Hasta los Huesos (2022) de Luca Guadagnino (Call Me by Your Name, Suspiria). Protagonizada por la estrella del momento; Timothee Chalamet, junto a Taylor Russell. Al reparto se le suman Mark Rylance y Chloë Sevigny, entre otros.


Esta quimera de road movie en el medio oeste con toques de romance teen cuenta la historia de una chica obligada a abandonar a su familia por su inevitable deseo de devorar carne humana, en busca de su propio camino junto a un chico que parece compartir su condición. Juntos se embarcarán en una aventura por la América profunda donde esperan encontrar su verdadero hogar mientras son perseguidos por peligros pasados y presentes.


Imagen de ‘Hasta los Huesos’, Warner Bros Pictures
Imagen de ‘Hasta los Huesos’, Warner Bros Pictures

Guadagnino adapta la novela homónima de Camille DeAngelis, haciendo uso de un tema como el canibalismo para reflejar la marginalidad y la desigualdad, trazando paralelismos con grupos discriminados en Estados Unidos y en todo el planeta, como la comunidad LGBTQ+, la ciudadanía afroamericana... Es más, podemos encontrar también parecidos entre el “lenguaje” o “código” caníbal que plantea la película y el código de los vagabundos o ‘Código Hobo’ mediante el que se rigen muchos indigentes para comunicarse entre ellos y señalizar sus caminos. Desde luego es un film que da cabida a muchas interpretaciones, pero los símiles que encontramos entre canibalismo y marginalización resultan, además de interesantes, muy innovadores y originales. Pero Guadagnino no se queda ahí; utiliza el aliciente de este género para hablar de amor, de pasión, de vínculos carnales... (de ahí el significado literal de Hasta los Huesos). Los más entendidos del género verán afinidad entre esta película y Trouble Every Day (2001) de Claire Denis, donde la legendaria directora parisina expone temas similares en su película protagonizada por Vincent Gallo y Béatrice Dalle.


Otro caso a destacar, es el de Crudo (2016), ópera prima de Julia Ducournau, que posteriormente ganaría la Palma de Oro del Festival de Cannes por la magnífica película Titane (2021), obra maestra del body horror contemporáneo.


La historia de Crudo viene marcada por la polémica desde sus primeras proyecciones en el Festival Internacional de Cine de Toronto, donde se aseguraba que hubo múltiples desmayos e incluso se rumoreaba que en algún cine de Los Angeles se repartían bolsas de plástico para vomitar. Ducournau, que bebe tanto de la rama body horror de David Cronenberg como del movimiento New French Extremity de Pascal Laugier, hizo su debut con una de las más infames películas sobre canibalismo de los últimos años.


Imagen de ‘Crudo’, Wild Bunch
Imagen de ‘Crudo’, Wild Bunch

Crudo cuenta la historia de Justine, una adolescente vegetariana a punto de entrar en la facultad de veterinaria, siguiendo los pasos de su hermana y de sus padres; que también son vegetarianos. Aparentemente una película coming of age, el film evoluciona en una pesadilla sin control cuando la protagonista prueba la carne por primera vez; y en esta ocasión Ducornau aprovecha el canibalismo para explorar temas como la madurez, la feminidad o el vegetarianismo/veganismo.


En palabras de la propia directora: “la forma en la que el cuerpo evoluciona y reacciona, no es más que un adelanto de lo que estás experimentando en tu cabeza”; al igual que sus antecesores en el movimiento body horror, Ducournau entiende la relación simbiótica cuerpo-mente que le permite explorar temas más allá del canibalismo superficial. Esencial en el género tanto por su crudeza (valga la redundancia) como por sus múltiples reflexiones; Si tienes el estómago para verla, no deberías perderte esta película.


Podemos concluir que el cine sobre canibalismo sigue utilizando su violenta premisa para adentrarse en temas de interés social, y su esencia se mantiene intacta pese a los años. En cualquier caso, se consigue “colar” más y más en el terreno comercial; avanzando en paralelo a los paradigmas sociales de nuestro tiempo, que dejan de tratar este tema como tabú y lo analizan con más rigor que nunca.

2 Comments


gitselsbruno
Apr 14

Me resultó muy interesante este artículo, no sabía que existía tantas películas sobre este género. Por fin artículos sobre el cine, bien redactados, que gusto.

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Eulalia Garcia
Eulalia Garcia
Apr 14

Interesante artículo,más artículos así sobre cine

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