Los cuatro únicos conciertos que formaron parte de la gira de Metanoia tenían una cosa en común: un inicio de infarto a cargo de un tema inédito, “Lolita”, y a medida que las 4 fechas en Madrid y Barcelona se iban sucediendo, eran más y más los fanáticos de la catalana que entonaban a viva voz los pocos versos que había presentado del tema. Tres meses después, ya contamos con el placer de poder escuchar “Lolita”.
La realidad es que Aguilera se supera lanzamiento tras lanzamiento. En este nuevo tema, como no podía ser de otra manera, utiliza su voz para reivindicar. Esta vez, ha optado por romper el silencio sobre el temor al envejecimiento. Casi como un grito de socorro, desde el primer verso ("voy dando pasos al ritmo del tiempo, soy tan esclava de este momento") hace alusión a ese mal que afecta a tantxs en nuestra sociedad, en especial a las mujeres, condenadas a lucir jóvenes eternamente en espacios como la televisión, el cine o, por qué no, la música.
A medida que la canción avanza, también parece que crece el desasosiego. Así, en la segunda estrofa toma conciencia de la muerte y todo lo que ello supone a ritmo de "Si yo pudiera me quedaría, con el diablo yo pactaría. Si yo pudiera lo cambiaría, pero sé que va a pasar algún día”. Una metáfora que aparece representada a la perfección en su videoclip, donde la artista aparece dentro de un ataúd mientras a su alrededor sucede un desfile de modelos - y por supuesto, todas ellas siendo jóvenes y con cánones de belleza normativos.
Este es un mensaje que evoca a una de sus grandes inspiraciones, Lana del Rey, y es que la cantante internacional en uno de sus mayores hits “Young and Beautiful” también hace una reflexión al respecto, preguntándole a su interlocutor si la seguirá amando cuando no sea joven y guapa ("Will you still love me when I'm no longer young and beautiful?") después de haber reflexionado acerca de todo lo ya vivido. Además, el tema comparte nombre con otra canción de Lana del Rey donde narra la historia de una chica joven que engatusa a un hombre mayor, pero a diferencia de lo que se pueda pensar a priori, no es una víctima, sino que tiene el control de la situación y se niega a jugar según las reglas impuestas por los demás. Un rol que parece querer ocupar la catalana.
De este modo, Belén Aguilera verbaliza un mensaje que tantas mujeres han sufrido (y sufren) históricamente. Sin embargo, siguiendo su estilo habitual, no se queda en una canción dura con su pegadiza melodía rebaja el tono, haciendo una canción muy disfrutable. De este modo, nos habla de vida, muerte, presente y paso del tiempo, con unas crudas letras que son imposibles de despegar de nuestra cabeza.
Texto: Ángela Bellón
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